Capítulo treinta y dos. Un niño más en la casa
—¡Aquí tiene, señora!
Thalia estiró las manos hacia al vendedor y tomó el cuadro. Salió de la tienda con él entre sus brazos y miró, recostada en su coche y con detenimiento la foto que me había hecho a su marido y sus hijos la noche anterior.
Se replanteaba muchísimas cosas mientras observaba la pureza en la mirada de padre e hijos, y de cierta forma le había hecho sentir tan mal todo, que estuvo a punto de no acudir a la cita con la ex de Praxis.
Pero entonces recordó las palabras "venganza" y "en tu contra", que había asegurado Marcia que él tenía hacia ella cosas planeadas y no pudo sino guardar la foto en su bolso y dirigirse al sitio donde se había citado con la chica.
—Pensé que no vendrías —le señaló la rubia una silla frente a la suya.
—He valorado esa posibilidad.
Thalia sintió el tengo escrutinio al que la chica la sometió, entendía que quisiera ver por completo a la mujer de su ex pero tampoco es que fuera del todo necesario