—Esas dos pequeñas bebés —respondió Janeth—. No tengo la energía, si antes no pude cuando estaba sin responsabilidades, creo que ahora menos.
—Estarán bien durante una hora más o menos mientras vas a clase.
—Ray me ha estado molestando por lo mismo. Pero estoy aquí y la universidad está en Phoenix. No quisiera separarme de ellas, son tan pequeñas…
—Hay universidades en todas partes, Janeth, tus créditos serán transferidos. Te falta muy poco, puedes lograrlo —sonrió con suspicacia—. Además, ahora están pequeñas. Espera que tengan un año y sabrás lo que es la completa locura.
Janeth se pasó una mano por la cara.
—Sí, bueno… —sacudió la cabeza—. No me siento cómoda dejándolas el tiempo suficiente como para ir a hacerme las uñas, y cortarme el pelo. No voy a ir a ningún otro sitio.
Sylvia se encogió de hombros.
—Bueno, lo intenté. Deja que te haga las pruebas vitales y te daré el alta. Volveré dentro de unos meses. Mientras tanto, siempre puedes llamarme si surge algo.
—Gracias, S