11. ¡Está con otro hombre!
—Sí, Alfa. Haré lo que usted me diga. Solo tiene que darme las instrucciones —dijo de forma sumisa. Tenía que jugar bien su papel.
Cuando Dayleen aceptó su propuesta, Xavier sonrió complacido. Como si supiera que ella aceptaría sin dudarlo.
Su corazón palpito con ansiedad. ¿Qué otras cosas tenía planeado ese hombre?
—Partiras en tres días —dijo el Alfa, sin rodeos, cruzando una linea de agua en el tronco del árbol para acercarse más a ella—. Debo buscar aliados en los reinos del este. La tensión con Fuego va a escalar. Y no puedo confiar solo en mi poder. Así que irás en mi representación con unos cuantos soldados, puede ponerse algo difícil esa visita.
Dayleen frunció el ceño. ¿No confiaba en su poder? Por lo que podía sentir, la manada de agua resumaba un poder inmenso. Estar ahí era sentir vibrar el agua misma por su piel y sus sentidos, se sentía mejor ahí, más fuerte.
¿Realmente eran vulnerables, o le estaba ocultando algo? No quería emprender una misión sin tener el panoram