Capítulo 62 —Locura compartida
Narrador:
Dinorah lo observó en silencio, los labios apretados, como si cualquier respuesta fuera a concederle más poder del que quería darle. Mateo, sin embargo, mantenía esa media sonrisa confiada, esa que la sacaba de quicio porque parecía seguro aun cuando ella lo miraba con hielo en los ojos. Finalmente, suspiró y levantó la mano para llamar a la camarera. La chica se acercó de inmediato, con esa familiaridad de quien ya la conocía desde hace tiempo.
—¿Ya se va, capitana? —preguntó con tono amable, casi con complicidad.
—Sí, hoy cambio de planes —respondió Dinorah, tomando su bolso.
La mesera arqueó las cejas, incrédula.
—¿Romperá la tradición?
Dinorah sonrió apenas, la tensión todavía latiéndole en la mandíbula.
—Claro que no. Volveré la próxima semana, como siempre. —La camarera se fue satisfecha, y entonces Dinorah giró hacia Mateo, que la miraba con descaro. —¿Feliz? —escupió, clavándole la mirada.
Mateo sostuvo el contacto, sin amedrentarse.