Capítulo 42 —El escape
Narrador:
Mateo caminaba de un lado a otro por la cabaña de Eros, como un león enjaulado. El reloj marcaba de madrugada, pero el insomnio era un huésped habitual en sus noches. El sonido del celular vibrando sobre la mesa lo hizo detenerse en seco.
—¿Sí? —respondió, seco, sin siquiera mirar el número.
—Señor Adler. —la voz del otro lado era grave, con ese profesionalismo que solo alguien de su círculo más cercano manejaba —Soy yo.
Mateo relajó apenas los hombros. Era el investigador privado, uno de los pocos en los que confiaba ciegamente. Discreto, eficiente y, sobre todo, sin lazos con nadie más que con ellos.
—Habla. —ordenó, bajando el tono y apoyando una mano sobre el respaldo de la silla.
—Ya tengo lo que pidió. —respondió el hombre —Los movimientos de la capitana Dinorah Rancuso en las últimas semanas.
El pulso de Mateo se aceleró apenas, aunque su voz se mantuvo controlada.
—Adelante.
Hubo un breve silencio al otro lado, el de quien organiza datos con p