Capítulo 116 —Un sacrilegio
Narrador:
Renzo tomó al fin el tenedor y, con calma, enrolló la pasta en un gesto casi reverente. Llevó el primer bocado a la boca y, al instante, cerró los ojos con un suspiro profundo. Se recostó en la silla como si ese sabor lo hubiera golpeado directo al alma.
—Dio… —murmuró con voz ronca —Hace años, Sofía. Años que no probaba esto. Y mucho menos así de sabroso. —Ella lo observaba divertida, con el mentón apoyado en la mano, disfrutando de verlo rendirse ante algo tan simple y tan poderoso al mismo tiempo. Renzo abrió los ojos y la miró con una mezcla de incredulidad y placer. —Dime, ¿cómo demonios supiste hacerlo? Tú eres latina, sin una sola raíz italiana. Y no lo tomes a mal, no es un reproche ni un insulto… es que de verdad me intriga.
Sofía rió bajito, encogiéndose de hombros.
—Tuve ayuda.
—¿Ayuda? —Renzo arqueó una ceja, curioso.
—Sí. Estuve hablando estos días con Lorena… y me guió paso a paso.
Él se quedó unos segundos en silencio, observándola