Lo que más odia el alfa.
—¡Mataré a quien me haya interrumpido! — bramó Isaías con tono bestial a medida que observaba hacia la puerta, mientras soltaba resuellos aterradores y Zoe lo veía impactada, a la vez que se sentía agradecida con la persona que los interrumpió.
—Alfa, discúlpeme por favor, es que necesito informarle que el río se desbordó y en la zona baja de la manada comenzó a arrastrar todos lo que se encontraba a su paso.
Isaías se levantó de un salto.
—¿Todos están bien? — preguntó sin dejar de avanzar hacia el guardarropa y Zoe se paró junto con él. Le preocupó mucho pensar en la tragedia que está ocurriendo y de inmediato pensó en los niños indefensos.
—¿A dónde vas? — le cuestionó Isaías cuando le vio la intención de cambiar su vestuario.
—Tal vez, podría ayudar… — musitó con genuina preocupación y él miró hacia afuera observando que aún seguía lloviendo fuerte.
La agarró de la mano con sutileza y la instó a acostarse.
—Espera aquí, vendré enseguida— pidió con tono dulce, pero a ella no le ag