Capítulo 126 Felicidad y Desdicha.
Después del encuentro entre Elizabeth y Renata, y la posterior toma de posesión de la empresa, la joven se tomó con seriedad y responsabilidad la gestión. Por votación de los accionistas, fue ella quien quedó al mando, desplazando a Renata, cuya pésima administración había sido impulsada más por un capricho que por competencia real.
Federico no podía hacer otra cosa que admirar a su esposa. Le sonreía cada mañana al verla desayunar mientras revisaba meticulosamente cada informe, cada movimiento.
—Elizabeth, deberías descansar un poco más. Aún falta para el nacimiento de Lucas, pero no deberías estresarte tanto. ¡Martín te lo ha dicho mil veces! —le recordó con tono preocupado.
Ella lo miró mientras tomaba un sorbo de jugo de frutas frescas.
—Estoy bien. Además, no confío en esa mujer ni en nadie de su familia —dijo, firme.
Las tensiones con Renata no habían cesado, y eso la mantenía en un estado constante de alerta. Sin embargo, estaba decidida a seguir adelante, sin dar un paso atrá