Los sonidos de la risa de Noah, la conversación de Rosita y Stacy y el saludo que ambas le dieron, fue suficiente para dejar el desagradable pensamiento de Darren, el chisme de Nicole y la mala imagen que tenían de ella, de lado.
Anotó un recordatorio mental de hablar con Silas y Andrea antes de salir del trabajo sobre los chismes que Nicole había esparcido. De seguro había llegado alguno a sus oídos, más que mal no eran demasiados los empleados de esa mansión y la señorita Pinnock era de las que hablaban con todos con tal de obtener algo a cambio.
—Niña querida, ¿qué tal la fiesta de cumpleaños? — preguntó Stacy, cuando Neta-lee se sentó en la barra de desayuno, al lado de Noah, para poder almorzar.
El pequeño la miró con curiosidad ante la información de Stacy. Masticó la pasta a la boloñesa, sin apartar la mirada de Nate.
—Estupenda, llena de ruido y niños corriendo por doquier — sonrió y alzó la bolsa que tenía con ella —. Diana les manda galletas especiales.
Stacy la recibió con u