Desperté con un aroma delicioso, toda mi naríz era llenada por un aroma a flores que me hacia sentir en el paraíso y cuando abrí mis ojos pude ver toda mi habitación llena de regalos, notas y flores de colores diferentes lo cual me hizo sonreír.
- Pero miren quien ha despertado por fin- Fanny estaba cargando a el pequeño Alonso en brazos sobre un sillón.
- Hey- saludé con voz suave al ver al pequeño dormido plácidamente.
- A Mía se la han llevado para checar que todo esté bien con ella y poder darla de alta- me informó antes que me preocupara.
- Gracias- moví las sababas de mi cama y me paré cuidadosamente viendo que ya tenía fuerzas suficientes, me acerqué a Alonso mientras Fanny me ayudaba a cargarlo, cuando lo tuve completamente entre mis brazos pude ver como se removía un poco incomodo pero después se tranquilizó y empezó a respirar ajitadamente para un segundo después abrir sus ojos, estos eran entre azules y verdes casi iguales a los de su padre.
- Hola, campeón has sido un niño