19. Quiebre
Llegamos al salón de eventos que estaba modificado esa noche para que albergara camas, cruces y columnas para arnés.

Me encantaba la forma meticulosa en la que Aprill había agregado detalles que convertían una estancia lujosamente fría e impersonal en algo que provocaba sensaciones más allá de lo carnal.

Aprill es una de esas almas que han sido dañadas que conocían como tocar partes del corazón imperceptibles y usaba ese conocimiento a la hora de diseñar sus cruceros. La admiraba mucho por eso.

Me encantaban los tonos clásicos del lugar. Satín color vino para las camas con cabeceras de hierro. Dorado envejecido para los adornos, columnas y cruces. El cuero también predominaba en la habitación.

Cinco camas dispuestas alrededor, dos cruces, un columpio y una colección completa de fustas y látigos a una esquina. Había para cada gusto. Las ventanas polarizadas dejaban filtrar la luz de la luna que, sumada a la poca iluminación del lugar, dejaban ver lo suficiente.

Tenía conocimiento d
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