Capítulo 64. ¡Cásate conmigo!
—Tapa tus ojos —le pidió Francesco con voz suave y dulce—. Tapa tus ojos y no mires antes de tiempo —le susurró muy cerca de su oreja, lo que hizo que a Catalina le temblaran las piernas y todo el cuerpo. Aun así, hizo lo que él le pedía.
Con cuidado, Francesco acompañó a Catalina por su elegante apartamento del último piso y la llevó hasta el balcón, desde donde se podía ver toda la belleza de Roma de una manera impresionante.
Catalina notó la frescura del aire al tocar su piel, lo que le hizo temblar ligeramente. Recordó haber experimentado ese mismo frío en otra ocasión, pero esta vez era diferente.
Hoy, a pesar del frío, no sentía temor alguno. Una profunda sensación de seguridad la invadió, disipando cualquier vestigio de miedo que hubiera podido sentir en el pasado. La presencia de Francesco a su lado era un cálido escudo contra cualquier inquietud y le permitía disfrutar del momento sin reservas.
—Ya puedes mirar —dijo Francesco con dulzura. Catalina obedeció y abrió los ojos l