Teresa le explicó. “No lo recuerdas, ese maldito Leopoldo, me obligaba hacer cosas horribles y si no hacía caso te lastimaría a ti, así que nunca dije nada por salvarte, pero tu… eres una malagradecida, cuando necesite de ti, me ayudaste y luego te arrepentiste…”
“Esta mal lo que hicimos Teresa, no debimos robar a la niña, le quitamos a su fam…”. Trataba de hacer entender a su hermana.
Teresa la interrumpió. “Lo ves, desde que te arrepentiste, dejaste de ser mi hermana, así que no quiero volver a verte nunca”.
Ellas estaban en la calle hablando, la gente las observaba, los hombres de Elías se acercaban lentamente mientras grababan la conversación que hasta este punto las implicaba a ambas.
Teresa notó a los hombres, así que tomó a Magdalena y amenazo con cortarle la garganta, los hombres y la policía encubierta se detuvieron.
“No se acerquen o la matare”. Teresa amenazaba.
Magdalena lloraba rogándole. “Por favor Teresa vamos a entregarnos, por favor”.
“¡Cállate! ¡Deja de hablar!