Lluvia los observó alejarse, la gran espalda de Salvador no pasaba desapercibida por ella, él era muy guapo y se convirtió en su héroe. Solo sonrió girando para caminar a la parada de bus.
Días después. Lluvia se cambiaba en el vestidor mientras escuchaba a las porristas hablar de Salvador.
“¿Cómo te fue, con Chavita, en tu cita?”. Todas estaban intrigadas con una rubia llamada Elena.
Elena miró a ambos lados esperando estar solo ellas. “Genial, es tan lindo y es muy bueno en la cama”.
Todas hicieron una bulla. “¿Cuándo saldrán de nuevo?”.
Ella suspiro. “Dijo que me llamaría”.
Una de ellas la miro. “Dicen que él no vuelve a salir dos veces con una chica”.
<