Ellas estaban en la calle hablando, la gente las observaba, los hombres de Elías se acercaban lentamente mientras grababan la conversación que hasta este punto las implicaba a ambas.
Teresa notó a los hombres, así que tomó a Magdalena y amenazó con cortarle la garganta, los hombres y la policía encubierta se detuvieron.
“No se acerquen o la mataré”. Teresa amenazaba.
Magdalena lloraba rogándole. “Por favor Teresa vamos a entregarnos, por favor”.
“¡Cállate! ¡Deja de hablar!”. Le gritaba a Magdalena. “Eres una desagradecida, te apoyé en tu carrera, te conseguí el mejor puesto en el hospital, me deshice de mamá y papá para que no tuvieras que sufrir por culpa de ellos y así es como me pagas”.
Magdalena estaba conmocionada e