“Dame solo hoy para pensarlo, recuerda que siempre hemos hecho las cosas a nuestra manera, que la escuela tenga socios puede dificultar la verdadera razón del porque cree esta institución”.
Ronald la observó sonriendo, acomodó algunos cabellos detrás de su oreja y le acarició la mejilla. “Se hará lo que tu digas, te apoyare en la decisión que tomes”. Acarició sus hombros de arriba hacia abajo delicadamente.
Salvador se detuvo en seco, al ver a Ronald tan íntimo con Lluvia, le hervía la sangre, Azucena notó su semblante y miró hacia donde Salvador miraba.
Observó a Lluvia y Ronald solo había hablado un poco con ellos en los pasillos o se saludaban cortésmente.
Salvador caminó hacia ellos muy molesto, retiró a Lluvia de los brazos de Ronald. Todos quedaron en shock, Ll
Salvador llegó a la dirección que le dio Azucena, en la entrada le comentaron que Lluvia estaba en el barrio pobre y él se dirigió hasta ese lugar, Bajo del auto cerca de las canchas que se estaban en construcción, todo eso se realizaba con las donaciones. Lluvia estaba parada en los costados de la cancha, miraba a sus jugadores todos eran niños y niñas de entre 8 y 15 años, seguían las órdenes de su entrenadora. Salvador sonreía observando Lluvia que entrenaba y jugaba con los niños, enseñándoles pases y movimientos. Ella absorta en sus niños no se dio cuenta de la presencia de Salvador, al terminar todo se despidieron de ella con sonrisas abrazos y besos, ella sonreía feliz y se despedía dándoles ánimos para seguir practicando. Último capítulo