Mundo de ficçãoIniciar sessãoNarra Antonella 💖
Observo los papeles y el ultrasonido con los ojos bien abiertos.
Esto sí que es una locura y lo peor de todos es que estoy embarazada de gemelos.Llevo una mano a mi rostro, frustrada y asombrada. No sé si llorar o gritar ante esta noticia que mas bien es una sopresa inesperada. Decido marcar el número de Giovanni, mis manos estan temblorosas. El movil suena pero él no responde, nuevamente lo llamo y está vez me tira en buzón.
Seguramente ya está viajando hacia la isla junto con sus padres. Suspiro resignada y sin saber que hacer. No tengo más opción que aguantarme, esperaré a que él me llame.
Camino por la calle céntrica, con una mezcla de angustia y náusea, el pecho me oprime, no tengo idea de como mis padres tomaran esta noticia. Respiro el aire de la noche y me detengo frente al supermercado. Sé que si no llevo la cena a mis padres, se enojaran conmigo, cada día es un martirio, ellos me exigen como si fuera mi deber hacerlo todos los dias. Pero si no cumplo, luego vendrá lo peor. Sus gritos, su desprecio, sus humillaciones e incluso sus maltratos. Asi que lo mejor es solo comprar lo necesario y listo.
Compre lo básico. Pollo, patatas dulces, una leche y unos tres kilos de arroz. Al llegar a la caja y ver la cuenta, casi me desmayo.
700 córdobas. ¿Y con esto se va lo de la semana? Niego con la cabeza mientras pago. Pero antes, me doy un pequeño gusto, un helado de chocolate con chispas. Por lo menos eso ya que no disfruto mi salario como mesera.Salgo del supermercado, arrastrando los pies, cuando de pronto ¡PUM!
Alguien choca contra mí y me hace perder el equilibrio, su cuerpo es tan fuerte que en cualquier momento caere, las compras caen al suelo, por suerte me sostengo con fuerzas de un carrito.—¡Oye, idiota! —grité exaltada y sin pensar.
El tipo se gira, tiene puesto unos lentes oscuros en plena noche. Que tonto... él se quita los lentes lentamente, dejándome ver unos ojos que me miran directo e intensos.
—¿Me dijo idiota a mí?
—Señor, usted no se fija. Mira, me botó la cena…
Él se acerca, se agacha con calma y recoge la bolsa.
—Entonces levántala tú. Estabas en mi camino. Soy un hombre ocupado, no tengo tiempo para perderlo con una mujer maleducada.
—¡No lo puedo creer! ¡Qué hombre más engreído!
Él se ríe, ladeando la boca.
—Niña tonta…
—¡Oye, desgraciado! —se me escapa, y enseguida me tapo la boca.
Se detiene en seco. Se me acerca tanto que siento su perfume muy cerquita.
—No me conoces. Así que no vuelvas a decirme “desgraciado” — espetó con voz baja, pero peligrosa.
Me tiende la bolsa con mala manera.
—Toma. Y para la próxima… aprende a hablar, muchachita, aún que dudo que habrá una próxima.
Me quedo sin palabras. Lo veo alejarse con su aire arrogante. Qué tipo más insoportable. Me río con ironía, sinceramente el mundo está lleno de idiotas.
Subo al taxi y regreso a casa. Al llegar, no hay nadie. Mamá seguramente en el casino. Papá… quién sabe. Y mi hermana, como siempre, en la calle con su noviecito, bailando y bebiendo a tan temprana edad.
Preparo la cena en silencio, cocino, limpio y luego me sirvo un poco. Miro el móvil una y otra vez. Nada de Giovanni y estoy mas que preocupada por mi embarazo, espero que mis padres me perdonen por mi estupidez.
Lavo mis manos y entro a mi cuarto. Busco ropa y veo el delantal, los tacones altos, los guantes.
Sé que así me veré bien para el evento de la señora Guzmán. Tal vez me vuelva a contratar en los próximos eventos.Mientras espero que mis padres lleguen, me sirvo un poco de leche con chocolate. Pero el malestar vuelve, las nausea me sacude el estómago. Aun así, sigo comiendo sin querer darle gusto a las náuseas.
La puerta se abre con brusquedad.
—Hola —dice mi hermana entrando.—¿Ya cocinaste?
—Sí. Ya cociné, porqué no tocas la puerta antes de entrar.
—Ay, tengo mucha hambre y que escondes que me pides que toque. La dueña aquí, no eres tú.
—Pues, coge tu comida y sal de mi habitación. No soy la duela pero por lo menos no ando de fresca.
Mi hermana me hace una mueca, sale de la habitación y suspiro con cansancio, en seguida la veo entrar se sienta junto a mí y me mira.
—Te veo más delgada.
—El trabajo me tiene agotada. Vengo directo, y todavía cocino, compro la cena...
—¿Y por qué te quejas? Eres la mayor.
—¿Y tú qué haces? Ni estudias…
—Ay, no empieces con los reproches, Antonella. Estoy cansada de lo mismo.
Niego molesta y en ese momento siento una arcada. Me tapo la boca y salgo corriendo hacia el cuarto de baño. Vomito todo la cena.
Me enjuago el rostro y antes de salir, veo a mi hermana, ella está ahí, en la puerta observándome con sorpresa.—¿Y tú qué? ¿Qué pasa?
—Nada, mal del estómago.
—¿Estás segura?
—No me molestes. Sal de mi habitación.
—Me como tu comida, entonces.
—Hazlo, si quieres.
Se ríe y se va. Me tiro a la cama, sintiéndome fatal. Así no podré trabajar mañana, suspirando cierro los ojos y como siempre, reviso el móvil. Nada de Giovanni.
***
Me levanto temprano, antes que el sol termine de asomarse. Me visto con el traje que tengo para los eventos, medias blancas bien estiradas, ahora me veo mas presentable. Me hago una coleta alta, como me gusta. Me maquillo apenas, solo lo justo para verme despierta. Me pongo mi viejo cárdigan encima, antes de salir tomo el bolso desgastado que me ha acompañado por años. Que barbaridad, trabajo solo para los gastos de la casa, mejor ni me quejo. Salgo de la habitación con paso firme, aunque por dentro me siento casada.
Papá se encuentra tirado en el sofá. Mamá riendo mientras ve la televisión.
—Buenos días, madre.
—Buenos días, Anto —dice, levantando la mano sin mirarme—. No se te olvide traer la cena.
—Como siempre. No te preocupes.
Tomo el taxi hacia la casa de la señora Guzmán. En menos de una hora llego a la hermosa casa, ella como siempre me recibe sonriente, siempre tan amable.
—¡Ay, querida! ¡Qué puntual eres! Mira, ahí está todo lo que vas a llevar. Mi coche te llevará al salón. ¿Desayunaste?
—Todavía no, pero no se preocupe…
—Yo te voy a dar desayuno.
Hace que me sienta en su mesa, luego me sirve un plato delicioso. Milagrosamente no me da náusea, la disfruto, hasta quisiera comer un poco más. Después de comer, lavo los platos y los dejo en trastero, busco mi cepillo y al terminar me coloqué un poco de labial.
—Quiero ver cómo estás vestida… ¡Wow! Muy bonita. Vámonos, la boda empieza pronto.
—Si señora.
Subimos al coche, otras dos chicas estaban adentro. Una de ellas me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.
—¿Sabes de quién es la boda? — comenta.
—No. ¿De quién?
—De una modelo espectacular. Ella se llama Catalina, se casa con el hijo del gran señor Pérez. Dueño de una importadora.
—¿Pérez? ¿Cómo se llama él?
—No lo sé, solo que se apellida Pérez.
Suspiré profundamente. Tiene el apellido de mi novio. Vaya qué suerte la de algunas mujeres.
***
Llegamos y el lugar es inmenso. Decoramos, preparamos copas, platos, bocadillos, vinos. Me concentro, en mi trabajo sin distracciones. Pero cuando empiezo a servir el vino, escucho música y murmullos con risas. Seguramente, el bullicio de la celebración.
—Ya va a empezar… — dice una de las chicas — mejor dicho ya empezó.
—Sí, parece que ya aceptaron.
—Quisiera verlos…— murmuré encogiéndome de hombros.
—Bien debemos empezar a atender.— menciona la señora Guzmán. Salgo con mi bandeja, y de lejos escucho una voz conocida, pero la ignoro mientras entrego vinos. Me acerco a los recién casados para entregarles su copa.
Levanto la mirada para que los novios tomen su copa, en ese momento todo me da vueltas y una gran decepción se instaló en mi pecho. Mis manos tiemblan, el vino casi se derrama. Pero me obligo a sostener la bandeja con la cabeza en alto.
Es Giovanni mi supuesto novio y el es que esta casándose con otra mujer o mejor dicho ya se caso, ahora se estan tomándose fotos, besándose, sonriendo con felicidad.
Mi pecho se prieta. Me falta el aire.
No puede ser, mi novio Giovanni el padre de mis hijos, el hombre al que esperé cada día y amaba.
Él levanta la mirada y me ve, sus ojos también se abren entre sorprendido y asustado.
Él tampoco lo puede creer y es ahí donde me doy cuenta demasiado tarde, la clase de hombre del que me había enamorado.







