—¿Estás segura de lo que quieres hacer?
—Si. Y ya no cuestiones más mi decisión.
—Está bien amiga —Me entrega el pequeño sobre y al revisarlo suspiró —. Esperemos esto te ayude.
Le había pedido ayuda a Paula para tomar unos mechones de cabellos de Fara sin que lo sospechara.
Acomodo todo cuidadosamente en mi bolso y salimos de la habitación bajando las escaleras. Quiero aprovechar que Damián no se encuentra en la hacienda y Fara se encuentra dando recorridos por los alrededores con mi mamá y Bri para salir sin preguntas.
Al terminar de bajar las escaleras Paula me detiene.
—Aguarda, voy rápido por mi móvil.
Sube las escaleras con rapidez, suspiro negando y levanto la mirada encontrándome aquella mujer entrando a la casa.
Su silencio no es de mi agrado. Actúa muy calmada cuando sus ojos gritan otra cosa y vaya que se de esas cosas.
—Lulú , ¿cierto?
—Lucrecia. Solo mis amigos me dicen así. —Respondo seca.
—¿No te parece que eres algo joven?
—¿Joven, para qué?
—Para estar con