Angélica
No me sentía nada bien. Y sé que mis nervios eran por lo acontecido con Ernesto, mi madre no había dejado de llorar y mi bebé no para de moverse como intuyendo el peligro que corre su padre. Y el miedo que tenía por lo hablado con Samuel, ante lo nuevo que pasaba Ernesto, pasó a ser insignificante, ante el terror de no volver a verlo, si lo matan…
Las lágrimas volvieron a salir, me era aterrador lo que estaba pasando en mi familia y, como cereza del pastel, mi mentira. Cuando hablé con Eros, no me encontraba nada bien. En mis manos tenía el celular viejo. Mapa días anteriores, comentó sobre los mensajes que él me había enviado, pidiendo perdón…
Leerlos ahora sería aumentar más la opresión en mi pecho. No tenía idea de si María Paula sabía de lo nuestro, pero me dio a entender que sí. No de mi hijo, pero sí de nuestra relación. Ahora, en este momento, la familia tenía una reunión por el compromiso de Luis David y Camila. Y Eros… Desde antes del mediodía no me ha vuelto a llama