Emmanuel
La canción terminó, y tomados de la mano llegamos al reservado en la discoteca. Había quedado con Rubí para salir hoy, aprovechando que mañana era mi día de descanso. A las siete pasé por ella como lo habíamos acordado, cenamos, luego ingresamos al cine. —En la tarde había recibido un mensaje preguntando a dónde iríamos para saber cómo vestirse.
Por eso se había enfundado un jean que le forraba ese culote, una blusa manga larga de seda negra, tacones y chaqueta del mismo color—. Después de la película llegamos a la discoteca. Esta pequeña bailaba muy bien y algo que me desestresaba mucho era la música. Salir con ella era refrescante. Tenías tema de conversación para largo, era una impresionante caja de pandora.
—Gracias por el almuerzo de ayer. —dijo bebiendo un poco de su michelada.
—Pensé que no lo ibas a agradecer.
Verla quitarse la sal restante de su boca fue un corrientazo directo a mi pene, volverla a imaginar chupando mi falo. Era una coqueta conmigo, porque eso, si lo