—Querida, piénsalo muy bien: ¿quieres seguir siendo la mujer fiel de un matrimonio que ya no tiene sentido alguno, o prefieres vivir por ti misma y disfrutar de la vida de una vez por todas?
No podía negar que el pensamiento de Paula era extremadamente liberal y avanzado para su tiempo.
Sin importar su situación personal, debo admitir que lo que estaba diciéndole a Luna tenía mucho sentido.
Porque, tanto para los hombres como para las mujeres, cuando el matrimonio ya está en crisis o es solo una apariencia, ¿por qué seguir aferrados a una moral que solo nos causa sufrimiento?
¿Por qué no vivir al menos una vez por nosotros mismos?
La vida es demasiado corta. Si siempre vivimos para complacer a los demás, ¿quién vive por nosotros?
Este era también el mensaje que yo quería transmitirle a Luna.
Así que apoyé con firmeza las palabras de Paula: —Luna, creo que Paula tiene razón esta vez.
—Podrías empezar hablando con tu esposo y, ver si está dispuesto a cambiar y volver a casa cada noche.
—