De repente, entendí lo que el conductor quería decirme.
No dije nada al respecto, solo me subí al auto en silencio.
Esperé un buen rato, pero Maren y Jorath no salían.
No pude evitar enviarle un mensaje a Maren: ¿Cómo va todo? ¿Lo conseguiste?
Maren no me respondió.
No me atreví a insistirle, así que me quedé esperando en silencio.
Pasó un buen rato, y al final vi a Jorath salir del lugar.
Me emocioné demasiado, porque él era mi ídolo.
Sin embargo, no vi a Maren siguiéndolo, lo cual me hizo sentir que algo no iba del todo bien.
Abrí la puerta del auto y corrí directo hacia Jorath, sin poder ocultar mi emoción.
—Maestro.
Jorath sorprendido al mirarme: —¿Quién te enseña?
—Tú, tus habilidades son muchas. Quiero estudiar de estos muchos conocimientos.
—No me gusta tener estudiantes. —Jorath rechazó con frialdad mi propuesta.
Y de repente le respondí: —¿No te ha contado Maren sobre mí?
—No.
¿Y qué estaba haciendo Maren? Yo la había ayudado, pero ¿ella no iba a ayudarme? Estaba tan decepcion