Pablo y Amanda se encontraban en la puerta del asilo, y para su sorpresa, se encontraron con Jorge allí.
Jorge acababa de llegar y, al reconocer el auto de Pablo, su mirada quedó fija en él.
—¿Quieres que baje a explicarle a Jorge lo de anoche? No vaya a ser que se haga una idea equivocada, eso no estaría bien. No quiero mal entendidos.
—No hace falta, él no es una persona desconfiada… —no llegó a terminar la frase en voz alta, pero en su mente completó— tampoco le importa tanto.
O ¿sí? Recordó en el pasado los episodios de celos que Jorge expresaba por la situación con Lucas, en ese momento, aunque fuera algo exagerado; por lo menos demostraba que le importaba.
Pablo dio la vuelta con el coche y se fue. Amanda se acercó a Jorge.
—¿Por qué él te trae?
—Tuve un problema con una llanta y dejé el coche en el taller. Esta mañana era difícil encontrar taxi, así que Pablo se ofreció a traerme.
—¿Así que anoche se quedaron juntos? —preguntó Jorge, con una voz seria.
—Anoche lo llevé a casa