38. Buenas noticias
La cena transcurrió de manera tranquila, aunque no todos estaban atentos a las conversaciones que estaban aconteciendo a su alrededor. Allie parecía perdida en sus pensamientos, mientras Gabriel, no dejaba de mirarla, pensando en lo mucho que extrañaba volver a sentir la suavidad de su piel. La convivencia se estaba conviertiendo en una tortura y no tenía idea de como enfrentar el tiempo que faltaba.
—Gracias por la cena —dijo Leonard a Emma, poniéndose de pie—. Como siempre, estuvo deliciosa.
—Nada que agradecer —respondió, la mujer con amabilidad.
—Te acompaño a la puerta —ofreció Joseph.
—Nos vemos el sábado —señaló a Gabriel y Allie—. No me fallen, es importante.
—No lo haremos —aseguró Allie, obteniendo una mirada molesta de Gabriel.
—Si ella lo dice —bufó, pero nadie le prestó atención.
Apenas se fue el abogado, Gabriel recogió su plato y lo llevó a la cocina.
—Buenas noches, señoritas —Se despidió.
—Descansa, hijo —dijo Emma—. Mi niña, deja que Faith se encargue de los