92. Hay algo más
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Nathaniel miraba a Jazmín como si le hubieran salido tres cabezas y alas, no podía creer lo que decía.
—¡No...! —Nathaniel retrocedió medio paso— ¿Gemelo? No puede ser…
—Pero lo es —dijo ella, apenas audible—. Es posible. No siempre aparecen en los ecos… Leo era más pequeño, siempre lo fue… Se escondía detrás de su hermano en las ecografías. Hacía los mismos movimientos, como si no quisiera que lo vieran. —Jazmín comenzó a llorar con más fuerza, apretándose el pecho con las manos—. Perdí a mi bebé en ese accidente… Al no poder frenar, queriendo escapar de la gente que envió Rafaela White… ¡me quitaron a uno de mis hijos!
Nathaniel se quedó helado. La sangre se drenó de su rostro.
—¿Liam...? —repitió, sin aire—. ¿Tenía... otro hijo?
Sus ojos se cerraron con fuerza, y luego los abrió con furia. Se giró bruscamente, y comenzó a tirar todo lo que encontraba a su paso. Papeles, jarrones, libros, una silla… todo voló por los aires. El gran Nathaniel Luther, imponente, calculador, estaba s