23. Cedro y metal fundido
Capítulo 23
El taller olía a cedro y metal fundido, con toques dulces de cera y el tenue perfume de rosas que llegaba desde el jardín abierto por los ventanales. Jazmín estaba sentada frente a su mesa de trabajo, los dedos ágiles y firmes a pesar de lo delicado del proceso. La luz del atardecer se reflejaba en los cristales y piedras preciosas, iluminando los bocetos a medio terminar y las herramientas cuidadosamente ordenadas.
Frente a ella, una pequeña gargantilla tomaba forma. El oro blanco se entrelazaba con zafiros naranjas y rubíes brillantes en un patrón delicado que evocaba alas desplegadas, como si un ave mitológica se alzara entre las cenizas. Era la pieza central de su nueva colección: Fénix.
—Están quedando preciosas todas las piezas —dijo la voz cálida de Rose, que acababa de entrar en silencio con su bastón elegante golpeando suavemente el suelo de mármol.
Jazmín levantó la vista y sonrió con suavidad, sus ojos brillando con un orgullo tímido.
—Gracias… quería que transm