Capítulo 4.

Con los ojos rojos de tanto llorar, a duras penas logró cepillar y fregar los pisos del pasillo principal de mi casa, con el dolor recorriendo cada fibra de mi cuerpo.

Hoy es el día, la tan ansiada luna llena, en la que mi hermana y yo íbamos a escoger al alfa con quien debíamos casarnos.

Y a pesar de que yo había esperado este día toda mi vida, fantaseando con la idea de poder tener un futuro con Raven, ahora solo quedaba el dolor y la confusión, sin poder creer que él me estuvo engañando todo este tiempo.

—No es el adecuado, mamá —se queja Amara desde el otro lado del pasillo, haciendo sus usuales rabietas—, ese vestido también debe irse conmigo.

—Ya llenaste 3 maletas de ropa amor, es demasiado, no debes lucir tan presumida —mi madre le respondió de forma tranquilizadora—. Ya te lo dije, cuando te mudes a la manada Perdición Plateada después de casarte con Leif, yo enviaré toda tu ropa y aun más regalos si me lo pides…

—Pero quiero llevar este vestido mamá… Otra maleta, quiero llevar más cosas.

Como era de esperarse, todos en casa deseaban que Amara se casara con Leif, líder de la manada más rica de toda la región. Sin embargo, nadie sabía que ella planeaba otra cosa… Como robar y acostarse con el novio de su propia hermana, algo inaudito.

Nunca hubiera sospechado de Amara, no solo porque es mi hermana, también porque es… Muy tonta. Toda su vida se basa en el maquillaje y la ropa, “verse bien”. Aun ahora leyendo su mente, solo veo cosas banales, sin sentido, ni un rastro de Raven o su apasionado encuentro de ayer por la tarde.

Ni en un millón de años hubiera imaginado que mi propia hermana conspirara con ese idiota para dañarme.

—Deja de holgazanear, Selene, todavía te falta limpiar los pisos de la planta inferior de la casa, y la reunión es en un par de horas —me regaña mi padre pasando de largo a mi lado—, hoy no puedes avergonzarme…

A diferencia de mi perfecta hermana mayor, quien tuvo todo el día para preparar su equipaje, yo ni siquiera pude tomar un baño o preparar una sola maleta de ropa, teniendo por encargo de mis padres limpiar toda la mansión antes de irme.

Ni siquiera se por que pensé que Raven podría amarme cuando mi propia familia me desprecia de esta manera, Amara tiene razón, soy la más fea y despreciable mujer de este continente.

***

Siempre había amado la luna llena, excepto esta noche.

Solía adorar la manera en la que su luz se reflejaba en el lago Silver, me hacía sentir arropada, agradecida por el gran don que me había brindado la diosa.

Pero hoy se siente melancólica, parada al lado de mis padres usando un vestido feo que era una de las prendas viejas de Amara, ahora me pregunto… ¿Por qué sigo viva?

A nadie le importo ni le interesó, mis padres me odian y me desprecian, mi hermana me traiciona, y el hombre que creía era el amor de mi vida quiere matarme.

¿Por qué sigo viva? ¿Por qué la diosa Luna me dio estos poderes?

¿Por qué nadie puede amarme?

Cuando llega la media noche y la luna se vuelve más brillante, los cuatro alfas líderes de las manadas más importantes toman un paso al frente, preparados para el momento más esperado.

Estábamos parados al borde del lago Silver, con todos los miembros de mi manada expectantes, esperando saber cuál sería el destino de Amara. En sus mentes podía saberlo, nadie pensaba en mí ni por un instante, solo se fijaban en mi hermana mayor, preguntándose cuál sería el “afortunado” alfa que tendría el placer de casarse con la más hermosa de las hijas de mi padre.

—Dando inicio con esta ceremonia ancestral, a los ojos de nuestra diosa luna, le doy la potestad a mi hermosa hija Amara de poder elegir a su esposo, el próximo guardián de las aguas sagradas del lago Silver —dijo mi padre con la voz llena de emoción.

—Padre… Muchas gracias pero… No soy digna de tal honor —respondió Amara con “humildad”—, solo soy una sierva de la diosa luna, y siguiendo su voluntad pido que mi hermana sea la primera en tomar un esposo…

Todos los presentes aplaudieron conmovidos, en lo que consideraban un acto de “amor fraternal”, Amara permitiendo que su fea y tonta hermana menor pueda elegir un esposo primero.

Se que todos están pensando eso…

Así que ante la presión social y de mis padres, doy un paso al frente, observando a esos 4 alfas frente a mi.

De inmediato mi mirada se cruza con la de Raven, quien me sonríe de forma encantadora. En el pasado solía adorar su sonrisa, ahora solo me hace desear darle un puñetazo.

Su plan era perfecto, aun ahora puedo escucharlo en su mente, la manera en la que piensa en mi.

“Mía…”

Él no me ama, solo me desea, quiere un hijo mío aunque desconozco el motivo, sabiendo el secreto que solo le dije a una persona…

El plan de Raven es perfecto, que yo lo elija como mi esposo, y que cuando ambos seamos declarados como una pareja, Amara también lo pida, y manipule a todos para que le permitan casarse con él como su segunda esposa.

Así Raven nos tendría a las dos, luego me embarazaría y me quitaría a mi hijo, teniendo un final feliz con su perfecta Amara al deshacerse de mi….

Pero yo no planeo permitirlo, mi vida no vale nada, pero un hijo mío… Eso es algo que Raven no tendrá jamás, no le permitiré hacerle daño a un inocente de la misma manera en la que me dañó a mi.

El destino es curioso… No se si en algún futuro pueda volver a amar o confiar en otro hombre, pero volviendo a recordar ese bosque oscuro y nebuloso, como una ilusión de algo que aún no ha sucedido, tomó una decisión.

Por primera vez tengo la oportunidad de ser feliz con un posible amor, y planeo tomarla.

—Julian Nightclaw —digo firmemente, mirando a Raven a los ojos—, elijo al alfa de la manada Garra Nocturna como mi esposo.

La sonrisa de Raven se desvanece de inmediato, mientras a mi alrededor todos se notan sorprendidos, y luego disgustados.

Sé que me han considerado una idiota indeseable toda mi vida, pero incluso para una idiota como yo, nadie esperaba que eligiera a la mas débil y pobre de las manadas, además del mas cruel de todos los alfas como mi esposo.

Paro había ocurrido, aún si mis padres estaban muriendo por dentro, y Raven se llenaba de desesperación y confusión, mi decisión estaba tomada.

Parándome frente a Julian Nightclaw, mi próximo esposo, lo miro a los ojos, escuchando sus pensamientos por primera vez.

“Hermosa…” Eso había pensado él al verme, a pesar de su frío semblante y mi horroroso aspecto.

Julian creía que yo era hermosa.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP