La llegada de este gran amor, estaba transformando las vidas de Alexandra y Adam, ahora sus rostros reflejaban una gran felicidad, pues la alegría de estar juntos definitivamente hacía que se sintieran plenos.
– Te me estás convirtiendo en una adicción hermosa – Dijo él con la respiración entrecortada.
– Me encanta escucharlo, y déjame decirte que a mí me pasa lo mismo contigo – Expresó Alexandra.
La intensidad de los besos de la taba los enormes deseos que estaban sintiendo al estar juntos, esa noche era perfecta, la magia se respiraba en el ambiente y la pasión amenazaba con desbordarse.
– No sabes lo feliz que me siento desde que estás en nuestras vidas, bendito aquel día en el que me dio la oportunidad de conocerte – Señaló Adam.
– Eres maravilloso mi amor, por favor nunca cambies, te amo – Exclamó la joven.
– Y yo a ti preciosa, con toda el alma – Le dijo.
Sus cuerpos se fundieron en un abrazo que parecía interminable, asimismo sus labios se buscaban con ansias abrumadoras por di