Luego de pensar tranquilamente Alessandro se mostró resuelto a enfrentar a Carlo, sin importar los rumores que estaban corriendo sobre él tenía que darle fin a aquello que ponía en peligro su existencia y la de su abuelo.
Se despidió de Sophia como si no fuera a volver, las lágrimas corrieron por sus mejillas, a pesar de que estaba haciendo lo mejor para el bienestar de la familia, a su vez estaba haciendo que su corazón nunca llegará a amar.
Alessandro salió de la propiedad mientras la melancolía lo estaba devorando, no tuvo el valor suficiente para llevar su mirada atrás y despedirse de su amada.
Las lágrimas que salían de Sophia golpeaban el piso, no tenía cabeza para pensar en nada más que en su amado, pero aún así decidió ir a la empresa, sentía un fuerte vacío en su pecho por quien había luchado, a quién amaba profundamente.
Al llegar a la empresa no deseaba hablar con nadie, fue directo a su oficina y colocó doble llave.
«Juro que si te llega a suceder algo no pienso descansa