Los soldados retrocedieron al darse cuenta de que el Demonio regeneraba su pierna, a coste de su tamaño, ya no era tan alto, y el muñón cortado se podría rápidamente como madera húmeda y enmohecida.
-Tenemos que destruir el núcleo- Carraspeo la voz de Miriar
-Pero ¿Dónde está? - Contesto Durin que golpeaba y esquiva a la vez.
Solo los espadazos de Axel hacían que el Demonio se cubriera y retrocediera, reforzando el área donde se dirigía su espada, el peleaba como un animal rabioso, solo lleno de ira, con intención de destrozar, perdiendo toda gallardía y técnica que dominaba a la perfección, solo pura fuerza bruta y odio dirigían sus ataques.
Todos se alejaban de Axel, con miedo a no ser partidos por su espada.
Pero fue el ingenio de Miriar que prendió con fuego una las carpas y la envolvió en la punta de su lanza, que clavo en la espalda del demonio – ARRGG- grito el demonio, en lo que parecía un lamento de dolor.
Ese grito no pasó desapercibido para Axel, que entendió que esa era su