Hanna se despertó en una sala de hospital con Maximiliano tomándola de la mano. El hombre la abrazó cuando notó que estaba despierta y este le suplicó perdón; apenas pudo. Hanna no sabía por qué hacía aquello, pero cuando los recuerdos volvieron a su mente, el temor se movió dentro de ella.
— Maximiliano, Tiffany, Tiffany estaba en la fiesta, si va a casa y les dice a los niños… que…
— Shhh, eso no va a pasar — Maximiliano la abrazó — ella no irá, hable con ella y fui muy claro, debe estar furiosa con el hecho de que sepa la verdad, así que no te preocupes — miró sus manos — ¿Estás bien? — cuestionó — el médico dijo que solo te desmayaste por cansancio, pero yo… yo no sabía que Tiffany conseguiría una invitación, lamento haberte dejado sola mi amor, de verdad que lo…
— No te preocupes — Hanna se puso en pie o al menos lo intentó, ya que Maximiliano no se lo permitió —. Volvamos a casa, los niños están solos y si ella va, no sé qué… que podría pasar.
— Tiffany no irá a nuestra casa — d