Lana
Leon cenó conmigo en la habitación y luego me preparó un baño caliente.
— ¿Por qué no te metes en la bañera conmigo?
— Prefiero quedarme mirándote, como siempre. — Él respondió mientras me miraba quitarme la ropa.
Me metí en el agua caliente, y él solo me miró. Me puse a frotarme lentamente y hasta olvidé que estaba siendo vigilada y comencé a tararear mi canción favorita: When You Kiss Me de Shania Twain, siempre me encantaron las letras lindas y que retratan amores felices, yendo en contra de otros artistas que prefieren cantar el sufrimiento.
— Perdóname Leon, olvidé que no te gusta la música.
Y no escuchar canciones era una de las cláusulas del contrato.
— Pero me estaba gustando escucharte, ¿por qué no sigues? — Me preguntó al verme enjabonar el brazo.
— ¡Mi inglés es muy malo!
— El mío también lo es. — Leon insistió.
— Mentira, Ofelia me dijo que hablas varios idiomas.
— Finge que no estoy aquí y que no hay ninguna cláusula.
Era muy persuasivo cuando quería algo.