Sasha
Adrian caminaba a mi lado, sus pasos tan pesados como los míos, como si la tierra bajo nuestros pies estuviera ella misma cargada con todo lo que acabábamos de vivir. Podía sentir el cambio en él, la misma toma de conciencia que me había golpeado. Lo que habíamos enfrentado no era más que un vistazo a las pruebas que vendrían.
Estás pensando en lo que nos dijo el Guardián, ¿verdad? murmuró, su voz cortando el silencio.
Asentí con la cabeza. Por supuesto que estaba pensando en ello. Habíamos dado un paso, pero eso estaba lejos de ser suficiente. El Guardián nos había advertido: las decisiones que vendrían serían crueles. Nada en este mundo era simple, y cada decisión que tomáramos podría cambiarnos para siempre. No había lugar para la debilidad, ni para las dudas. Debíamos forjarnos en el fuego, y no había vuelta atrás posible.
Sí, respondí suavemente. Sé que estamos lejos del final, pero tengo la sensación de que acabamos de abrir una puerta. Y detrás, hay aún tantos obstáculos.