Sasha
El silencio que reina a mi alrededor es pesado. Estoy de pie, al borde del portal, las manos apretadas alrededor de la fría piedra que lo delimita, buscando una manera de forzar el paso. Pero todo está congelado, como si el mundo entero estuviera en equilibrio, esperando el próximo movimiento. Nyx está detrás de mí, inmóvil, pero siento su presencia, una fuerza tranquila, lista para intervenir si es necesario.
No puedes forzarlo, dice ella con calma, pero sus palabras no tienen la dulzura que esperaba escuchar. Son firmes, casi autoritarias.
La miro fijamente, pero en el fondo de mí, un torbellino de emociones me abruma. El miedo, la incertidumbre, y sobre todo, la angustia de lo que arriesgo perder. Adrian, a quien amo, por quien he luchado, quien ha tomado este riesgo para salvarnos a los dos. Y ahora, estoy aquí, mirando este portal, incapaz de hacer nada, de alcanzarlo.
Tengo que encontrarlo, murmuro, más para mí misma que para Nyx. Tengo que saber.
Nyx suspira ligeramente,