Félix y Karla casi huyen despavoridos.
Por mi parte, fui llevada de regreso a la habitación, sintiéndome algo mareada. Tras recibir la inyección, logré recuperarme un poco.
—¿No crees que deberías salir del país? La situación aquí es demasiado insegura, ¿verdad? He puesto tantos guardias en la entrada, y aun así no lograron detenerlos —Estela me miraba con preocupación.
—Si quieren entrar, lo harán de todos modos. ¿Acaso puedo evitar que la gente reciba atención médica? —Solté una risa suave.
Ella ya me había ayudado mucho; si estuviera en otro hospital, las cosas serían aún más complicadas.
—¿Y el amuleto de protección que te trajo mi hermano? ¿Por qué no lo usas? —Estela me acarició el brazo.
Sonreí, pero no dije nada; preferí dejarlo pasar.
—Hazme un favor, tengo algunos videos con Valentina. ¿Podrías ayudarme a distribuirlos? —Estela parecía a punto de decir algo más, así que la interrumpí.
No sabía a quién había llamado Félix, pero su expresión de pánico indicaba que algo serio ib