—La gente del Grupo Castillo dijo que estaban trasladando el archivo, y pocos días después, se incendió. Ahora están contando los documentos en papel —Isabel se veía furiosa al escuchar mi pregunta.
—¿Y la versión electrónica?
—Se infectó con un virus. El departamento técnico está tratando de recuperarla, pero los contenidos que se perdieron son difíciles de restaurar.
Ambas caímos en un silencio. Estaba segura de que la policía también había notado algo extraño; ¿por qué surgían tantos problemas durante la investigación?
—La mayoría de los materiales perdidos deben estar relacionados con el proyecto del Edificio de Oasis, ¿verdad? ¿Aún hay personas que dicen que yo estaba a cargo en ese momento? —La miré sin mucho ánimo, y ella asintió de nuevo.
—Camila, no te preocupes, estamos decididos a descubrir quién está detrás de esto.
Sonreí cortésmente, aunque no sabía qué decir. No es que no confiara en la policía, es solo que la justicia tardía no significaba mucho para alguien en mi estad