Quería decirle que no era en la sombra; su identidad era bien conocida por todos. Especialmente desde que quedó embarazada, parecía tener miedo de que la gente no lo supiera, y cada tanto tenía que recordarle a sus compañeros en la oficina, incluso a los socios.
Además de Sofía, ella era la primera amante de Daniel que estaba embarazada de su hijo, así que su posición no era cualquiera. Parecía haber olvidado que, en su momento, la gente se unió para criticarla; todos eran conscientes de su relación con Daniel.
Pero no dije nada y traté de darme la vuelta para irme. Sin embargo, Daniel no me dejó salir y se interpuso en mi camino.
—Camila, déjame explicarte.
—¿Qué hay que explicar? Dani, ¿acaso ya no te importa el bebé? —Karla se acercó y se abrazó a su brazo.
Daniel no podía empujarla con mucha fuerza, así que terminó cediendo y dejándola estar.
—Camila, espero que no interfieras en nuestra vida familiar. El Grupo Castillo será de nuestro hijo, y es natural que yo trabaje aquí —Karla