El silencio era absoluto, como si la ciudad misma estuviera conteniendo el aliento. Sofía y su equipo se movían en la penumbra, sus pasos cautelosos, sus respiraciones contenidas. Cada segundo que pasaba parecía alargarse en una agonía interminable, pero en la mente de Sofía no había lugar para el miedo. Estaba acostumbrada a la tensión, a los momentos en los que las decisiones podían significar la vida o la muerte. Sin embargo, esta vez algo era diferente. El peso de la traición de Felipe lo cambiaba todo. No solo estaban luchando por su propia supervivencia, sino por la integridad de todo lo que habían construido.
Felipe, ese hombre que había sido su amigo, su aliado, ahora se mostraba ante ella como un enemigo. Las palabras que había pronunciado momentos antes seguían resonando en su cabeza. "La lealtad cambia dependiendo de quién esté a cargo." En ese momento, Sofía entendió que Felipe había estado jugando un juego mucho más grande, un juego del que ella y su equipo ni siquiera er