29

CAPÍTULO 29

Ella se despierta en medio de la noche, gritando. Sé que está teniendo una pesadilla. Tomo la botella de pastillas y voy hacia su puerta. No quiero nada más que abrazarla, pero sé que me va a rechazar.

Camino hacia su cama y me quedo de pie junto a ella. Me quita la botella, saca una pastilla y la déjà sobre la mesita de noche, luego se da la vuelta. Está pálida y delgada. Tengo que arreglar esto, y pronto.

Sé que tengo que arreglar esto. Le hablo por el vínculo mental a Will y le digo que venga a mi despacho.

—¿Alpha ?

—Will, la necesito de vuelta. Ella te escucha, te déjà entrar, te habla. ¿Puedes, por favor, decirle algo ?

—Claro.

Se va, y escucho un suave golpe en su puerta.

—Lex, ¿podemos hablar ?

Luego escucho cómo se cierra la puerta. Will es mi mejor amigo y no podría pedir un mejor beta. Veinte minutos después oigo :

—Ok, se lo diré.

Y la puerta se cierra. Will regresa a mi despacho.

—Me escuchó. No dijo mucho. Pero pude ver que lo que decía le estaba llegando.

—¿Qué le dijiste ?

—Le dije que eras un buen tipo, que fuiste criado para valorar a tu pareja. Que nunca la lastimarías intencionalmente, que nunca la engañarías. No por elección. Le dije que esto te estaba matando. Que nunca te había visto tan feliz, ni tan fuerte como líder, ni tan buen hermano desde que ella llegó. Y le dije que al menos te escuchara, que pensara en perdonarte. Le dije que debía estar sintiendo los efectos de estar lejos de ti. Gimió, y supe que tenía razón.

Mi corazón se eleva.

—Gracias, Will. De verdad, te lo agradezco. Voy a hablar con ella.

—Ah, y Beck, necesita que le recetes más pastillas para dormir.

—¿Qué ?

—Ya no tiene más pastillas.

—Esa receta debía durarle un mes. Ha pasado una semana…

—Mierda.

Corro por el pasillo hacia su habitación. Ella está acostada, de espaldas a mí.

—¿Lex ?

No responde.

—Alexia, mírame.

Me ignora.

—¿Dónde están las pastillas ?

—Me las tomé —susurra, aún de espaldas.

—¿¡Todas !?

—Casi.

—¡Alexia ! ¡No puedes hacer eso ! ¿Estás intentando matarte ?

Se gira y me mira, desconcertada. Sus ojos están rojos y sus mejillas cubiertas de lágrimas.

—N-no… solo quería escapar. Me hacían olvidar por un rato —murmura.

Doy media vuelta y salgo corriendo hacia el ala médica.

—¡Blake ! ¡Te necesito !

—¿Qué pasa, Alpha ?

—Alexia… se tomó todas las pastillas. Necesita más.

—¿¡Todas de una vez !?

Niego con la cabeza.

—No, durante la semana pasada.

—Jesús… si fuera humana, estaría muerta. Ha tenido suerte. Pero se acabó. No más. No puede ser de confianza. Y no puedo darle más. Podría sufrir una sobredosis o volverse adicta.

Asiento en agradecimiento y me voy.

Subo corriendo a la habitación de Alexia. Ella me mira con esperanza.

—No más. No más pastillas. Pudiste haberte matado. Si hubieras tomado una de más y te hubiera perdido… ¿sabes lo que habría pasado ? Me habría derrumbado. Me habría matado yo también. Lo siento, amor. Eran una solución temporal, pero tienes que superar esto de otra forma… sin medicamentos.

Asiente una vez y se vuelve de nuevo hacia la pared. Suspiro y regreso a mi habitación para dormir.

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