— Del futuro — Agrega Arcas y me vuelvo a mirarlo y a pesar de que ya me había fijado en su atractiva cara de adolescente, vuelvo a hacerlo y descubro lo que siempre estuvo ahí.
Arcas se parece mucho a Ónix, con la misma mandíbula cuadrada y el rictus en los labios, solo que los ojos y la parte superior de su cara se parecen a ella, tal como la recuerdo en una de las únicas fotos que mi padre me dejó conservar de mi madre.
Me siento sobre la mesa de centro y me llevo las manos al cabello y empiezo a enredarlo de nuevo entre mis dedos. Un dolor de cabeza comienza a taladrar mis sienes y yo solo quiero cerrar los ojos y volver a despertarme la mañana en la que Belatrix quería llevarme al bosque y negarme rotundamente.