Mientras las manos de Ónix se deslizan por mis senos y mi vientre y yo contraigo mi centro atrapando con fuerza el pene de Ónix, muevo mis manos y brazos frente a mis ojos y abro la boca sorprendida al observar como estos brillan igual que las flores a nuestro alrededor.
Un brillo dorado y resplandeciente se proyecta desde mis brazos y manos, bajo mirada a mi vientre y mis piernas y estas brillas de la misma forma.
¿Qué diablos está pasando?
— Ónix, ¡estoy brillando! — Exclamo impresionada, mientras intento calmar mi respiración y mis senos se mueven al ritmo de esta — Tienes una marca en tu cuello — Me inclino y Ónix cierra mi cuerpo contra el suyo mientras inclino mi cabeza y observo su marca.
Empiezo a sentir un poco de ardor en mi cuello y lo toco sintiendo una protuberancia en mi cuello, que quema un poco.
— Tu también tienes la marca — Susurra Ónix dejando pequeños besos co