Olvido lo que estoy pensando cuando la boca de Ónix recorre con su humedad mi vientre y se detiene en mi ombligo.
Llevo mis manos hasta su cabello y tiro de él como respuesta a las sensaciones que su boca deslizándose por mi pelvis y mi centro me hacen sentir.
Él se apodera de mi centro sin compasión, toma todo de mí que contraigo mi vientre y crispo los dedos de mis pies contra la manta.
Mi cuerpo se contorsiona mientras Ónix bebe todo de mí, sin piedad, sosteniendo con fijeza mis caderas.
— ¡Oh por Dios, Ónix! Voy a correrme — grito sin poder controlarme y presiono su cara contra mi vagina.
Continúo gritando mientras mi interior explota ante la lava, deslizándose con fuerza en mi interior.
— Ónix, tómame por favor, cógeme ¡Ahora! — Un segundo después siento una mano de Ónix presiona mi entre muslo, mientras desliza su cuerpo sobre el mío.
— Nala ¿Est