Eva
—Valerius tiene a Celeste —le digo a Adriana y está en shock. El viejo vampiro había hecho una terrible demostración de fuerza y, en cuanto pude, vine a contarles a mis amigos. Sí, esta guerrera y este vampiro lleno de polvo eran ahora mis amigos.
—El rey viene en camino. Hay un hechizo que tiene, el viejo vampiro quiere todo eso y, al parecer, nuestro rey se lo está dando en bandeja de plata.
—¿Qué vamos a hacer? —pregunta el Duque.
—Hay que continuar con Magnus. Si hay más bestias como él, es mejor que esté de nuestro lado.
—Ha estado respondiendo bien, especialmente a la sangre del Duque. Los guerreros de Valerius deben de estar muy ocupados, solo mandan a alguien a darnos de comer y a ver a Magnus. Creo que podría arriesgarme, salir de mi celda y acercarme más —señala Adriana a la bestia, que ahora luce más calmada. Ella entraba y salía, pero el Duque aún no tenía suficiente fuerza.
—Estoy de acuerdo. Te traje esto, vampiro —le acerco un vial de sangre—. Tómalo, te necesitamos