Capitulo 131.
Capítulo 131.
El camino de regreso al castillo fue lento pero no había ninguna prisa por llegar.
Halley no dejaba de mirar a Hugo, que aún se sostenía con la ayuda de Fred y de un bastón improvisado, pero que al menos caminaba, hablaba y hasta sonreía de vez en cuando. No eran muchas palabras, pero bastaban para que a ella se le llenara el alma. Cada vez que él la miraba, Halley sentía que su estómago se llenaba de mariposas.
Lukyan iba al frente, con la mirada dura y el cuerpo cansado. Sabía lo que se avecinaba. Sergey, por su parte, caminaba como si cargara algo que no se atrevía a decir, pero Halley lo notaba más callado de lo normal. Fred era quien mantenía la charla ligera, contando chistes tontos o anécdotas que hacían sonreír a Hugo por instantes. Y eso era todo lo que ella necesitaba para tenerlo claro.
Para cuando llegaron a las puertas del castillo, la noche ya había avanzado bastante. Las luces iluminaban el pasillo central y varias figuras salieron a su encuentro: Tal