La mujer del Cóndor:9. Despertando.
Michael Foster
La semana se esfumó en un abrir y cerrar de ojos. Mis días giraban alrededor de Regina, monitoreando cada detalle, cada respiración, asegurándome de que nadie más que yo tuviera acceso a su cuerpo o su recuperación. Durante el día, la enfermera que contraté —y que mantenía bajo una amenaza que no se atrevería a desafiar— se encargaba de los cuidados básicos. Pero las noches eran mías. Solo yo aplicaba las cremas en su piel, tocándola con esa mezcla de devoción y posesión que no podía evitar sentir.
Cada vez que sus labios se movían para murmurar algo en su inconsciencia, mi atención se intensificaba. No me importaba perder sueño; verla mejorar, incluso lentamente, era suficiente recompensa.
Esa noche, cuando finalmente abrió los ojos y me miró con una mezcla de desconcierto y miedo, mi corazón dio un vuelco.
—¿Dónde estoy? —preguntó, su voz apenas un susurro.
La confusión en su rostro era evidente. Estaba perdida, vulnerable, y lo sabía. Era mi oportunidad pa