Kael se mantuvo al margen, entre las sombras de su grupo, con los sentidos afilados y el estómago hecho un nudo. Sabía que esta noche podía cambiarlo todo. Para bien o para mal.
Las palabras de Vidar resonaban en el aire como veneno. Su voz alta, burlona, impregnada de arrogancia.
-FELICITACIONES AL PEQUEÑO KILIAN. -bramó Vidar desde la distancia, apretando los dedos en el cuello del forastero herido y empujándolo al frente como un trofeo maltrecho. -PARECE QUE FUE AYER QUE TU HERMANO Y TÚ JUGABAN EN LA FRONTERA, BURLONES…
Kael observó cómo el lobo aludido, Kilian, mantenía la postura. Alto, imperturbable, apenas un gesto de molestia cruzó su rostro. Había aprendido a controlar sus emociones. Bien por él. No todos en la frontera podían decir lo mismo.
Vidar continuó:
-ME ENTERÉ POR ESTE INTRUSO. -Sacudió al forastero como un muñeco roto mientras gemía del dolor. -QUE ESTA NOCHE CELEBRABAS LA TOMA DE PODER… ¿Y NO NOS INVITASTE?
VIdar le dio la señal con la mano y todos los lobos que l