Diplomacia
Los primeros rayos del sol filtraban levemente, pero eran cubiertos por las oscuras nubes, la niebla aún espesa, aumentaba la humedad en el ambiente cuando cinco figuras lobunas avanzaron entre los árboles, moviéndose con premura. El bosque húmedo del Este parecía más silencioso que de costumbre, pero no lo suficiente como para engañar a Roan. Su hocico se alzó al viento, captando trazos dispersos de un aroma conocido.
-Están cerca. -Gruñó, girando hacia Fatia, que caminaba a su izquierda. Ella asintió sin decir palabra, su pelaje claro salpicado de gotas de lluvia que caían de los árboles.
El resto del grupo. -Tres jóvenes rastreadores con ojos alertas y patas firmes -mantenían el ritmo sin emitir quejas. Llevaban desde el amanecer siguiendo los rastros, preocupados. Cuando Kael y Lía no regresaron la noche anterior, la manada entera se había alarmado, pero la tormenta hizo imposible organizar una búsqueda inmediata.
Recién esa mañana, al encontrar el asentamiento del Est