Ocultar es Proteger
Suspiró ante los recuerdos y dejó que el agua caliente limpiara las preocupaciones de su cuerpo cansado, permitiendo que el vapor cubriera el baño y que los recuerdos lo arrastraran. Había tanto en su pecho que dolía, tanto que callar que se le retorcía en las entrañas
El aroma seguía ahí, en cada rincón de la habitación. El sutil olor de las feromonas de Lía, dulce, terroso y salvaje. Un perfume que sólo podía compararse al néctar de las flores silvestres antes de ser miel. Respiró profundamente llenando los pulmones en un intento de sentirlo mejor. El aroma que ella liberaba sin darse cuenta lo tenía al borde de perder el control.Inhaló profundo, llenando sus pulmones de ese aroma prohibido, sabiendo que sólo le traería más ansiedad, más hambre, más frustración.
El recuerdo de sus pechos, apenas emergiendo del agua minutos antes, seguía ardiendo en su mente, encendiendo su cuerpo sin permiso. Pero se contuvo. Siempre lo hacía. No porque no la deseara —lo hacía, c