Eliot
Acomodó bien su calzado atando las cuerdas. Llevaban esperando cerca de veinte minutos, la impaciencia en Lía provocaba que caminara de un lado a otro frente a la carpa. Ya todo el grupo estaba listo para partir, pero Meyrick insistía en esperar a Kael.
-No podemos seguir demorando. Si cae la noche y Eliot sigue afuera, será mucho más difícil encontrarlo. -Lía giró hacia el rastreador Einar, un hombre mayor de complexión delgada, pero firme, con experiencia en el campo -¿Ya tienes algo?
Einar asintió, guardando en una pequeña bolsa de tela la prenda de Eliot: su pijama, aún con el olor de su hijo.
-Lo tengo. El viento juega en contra, pero si nos movemos ahora, el rastro es claro.
-Entonces vamos. -dijo Lía, sin esperar la aprobación de nadie.
-Kael dijo que…
-Kael no está. -cortó Lía, sin agresividad, pero con una determinación que nadie se atrevió a discutir. -No voy a quedarme quieta mientras mi hijo esté ahí afuera solo. El resto puede decidir si sigue o se queda.
Einar mir