Una tarde calurosa estaba sentada lejos de donde estaban entrenando, pero observando desde lejos. Samya había puesto una alfombra para que no se sentara en la hierba arenosa.
A Zaria no le importaba, no era una persona frívola.
Issam acababa de terminar el entrenamiento y noto que ella estaba sentada mirando. Bebió un poco de agua antes de dirigirse hacia ella.
―Te quemaras aquí ― dijo limpiándose el sudor de la cara con una toalla. Tenia su camiseta envuelta alrededor de su cabeza para protegerla del sol.
Miro a su marido pensando en lo sexy que era este hombre. Pertenecía aquí, donde el mundo no se trata solo de como se supone que debes lucir y comportarte.
Era un guerrero árabe.
―Estoy bien… ―él se sentó en la alfombra a su lado e instantáneamente Farrah tenia un plato de frutas y un poco de agua para él. Era tratado como lo que era, una realeza.
―Pregunta. ― ella lo miro mientras le daba un gran mordisco a la manzana roja. El levanto una ceja hacia ella.
― ¿Pregunta? ― resp